jueves, 20 de mayo de 2010
 
CRONICA DE UNA TRAGEDIA
Las crónicas de la época no resultan demasiado extensas. Hablan de una tragedia, cuentan el dolor, pero no ingresan en detalles. Sesenta y un años después, la conmemoración de aquel accidente se encarga de enfocar el desastre que acabó con un equipo de fútbol que apuntaba a la historia y que, más importante aún, terminó con la vida de 31 personas.........
El 4 de mayo de 1949, el plantel de Torino regresaba de Lisboa, donde había disputado un amistoso con Benfica. Ese Torino, que competía mano a mano en hinchas con su rival Juventus, que era la base del seleccionado italiano, que se había rearmado como ningno después de la Segunda Guerra Mundial, y que se encontraba cerca del quinto scudetto consecutivo, nunca pudo regresar a casa.
La neblina y la lluvia se complotaron para que el vuelo de regreso se trocara en el peor infierno. El piloto cambió el aeropuerto milanés de Malpensa por el turinés de Caselle, y jamás se dio cuenta de que sus últimas millas las hizo a una altura demasiado baja. Tan baja que no pudo evitar golpear la máquina contra la colina de Superga. El choque convirtió a la nave en una bola de fuego que hizo añicos las vidas de todos sus tripulantes, entre los que se encontraban 18 jugadores del campeón italiano. 
Unas 300.000 personas salieron a la calle para acompañar los féretros de sus ídolos, y se calcula que unos 8.000.000 de italianos siguieron el entierro por radio o televisión.
River fue el único equipo del mundo que se ofreció para jugar un amistoso a beneficio de las familias de los fallecidos. Torino aceptó y hacia allí viajó todo el plantel, con Amadeo Carrizo, Labruna, Di Stéfano, Pipo Rossi, Loustau. eL 26 de mayo de ese año, hubo un partido, a cancha llena (a pesar de que las entradas resultaron muy costosas), que terminó 2 a 2. Pero eso fue lo de menos.
Porque para los diarios italianos de 1949, el ofrecimiento de River fue calificado como “magnífico” y “muy simpático”. Y la gente saludó al plantel con una ovación cuando salió al campo para medirse con un rival de estrellas italianas que llevó el nombre de “Símbolo-Torino”. 
MAKU desde la tribuna