Era el día de la vuelta del burrito a la titularidad, era él partido para terminar de despegar, para seguir sumando y continuar con la levantada a fuerza de esa confianza que solo, te la da la suma de puntos.
River venía en deuda futbolistica a pesar de una pequeña levantada desde el regreso al club del negro Astrada, pero igual hacia (hace) falta terminar de redondear un partido, de mantener esa mejoría en un rendimiento que solo se vió hasta ahora en 30 o 45 minutos.
El partido fué como se esperaba, ante un duro rival, se hizo de ida y vuelta en los primero 45, con los dos demostrando de entrada que querian llevarse los 3 puntos, aunque uno con la inteligencia que le da la tranquilidad de obtener resultados y otro con el nerviosismo de la falta de los mismos.
River justamente era ese último que equivocó los caminos en ataque y siguió brindando ventajas en defensa. Así y todo, con el empuje de la fiesta que puso la gente desde las tribunas y de la mano de los enanos (entró el Keko por lesión de Rosales a los 13´del primer tiempo), con la fantasía de un Ortega errático pero que siempre absorve presión en sus compañeros y con la voluntad y hombria que demuestra Almeyda en cada presentación, llegó al empate que puso justicia a un resultado que de haber sido en favor pincharrata, no hubiese sido justo.
Capitulo aparte a nuestro idolo, del cual decíamos arriba que tuvo un rendimiento muy errático en los pases, pero que también es increible la presión que absorve en sus compañeros y se da el lujo de estár ahí, sobre la linea, para empujarla en el minuto de descuento. Sería normal si es un delantero o si es Ortega y para suerte nuestra es Ortega.
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