En el fondo de la tabla, pero con el campeonato abierto...

lunes, 1 de diciembre de 2008

En River no ven la hora de que termine el torneo Apertura 2008, que tiene al equipo en el último puesto de la clasificación como consecuencia de la peor campaña de su historia. La suma de 13 sobre 51 puntos posibles pocos meses después de haberse proclamado campeón del Clausura, disputado en el primer semestre del año, con sólo dos victorias, siete empates y ocho derrotas, ha hundido al equipo que más torneos ha ganado en una traumática situación.
River es un equipo a la deriva, que terminó tempranamente con el ciclo del entrenador Diego Simeone, que asumió en enero y al que a mediados de año los dirigentes querían ampliar su contrato hasta 2010.
La directiva quiso, en principio, esperar hasta el final del Apertura para contratar a un técnico, pero la falta de resultados y esa inédita e incómoda posición aceleró los tiempos.Américo Gallego, que en los últimos años dirigió en México, y Néstor Raúl Gorosito, entrenador de Argentinos Juniors, ambos ex jugadores del club, quedaron como candidatos, pero apareció en escena Ramón Díaz, que dirige al América mexicano, y se desató otra polémica interna en un año plagado de problemas.
Díaz, el técnico más ganador de la historia riverplatense, rechazó a finales de 2007 un ofrecimiento del presidente de la entidad, José María Aguilar, después de haber acordado las bases de un millonario contrato. Dirigía en ese entonces a San Lorenzo de Almagro, club en el que se quedó y en el que poco tiempo después renunció por la mala campaña del equipo. Se fue a México para ganar tres veces más que el entrenador mejor pagado de Argentina. Pero con el América no le ha ido bien y, de repente, el pasado jueves se reunió con Aguilar en Buenos Aires. Díaz regreso a México ayer para comenzar con las 'Águilas' la pretemporada, porque cumplir con su contrato, pero no son pocos los que ponen en duda esa intención.
El tesorero del River Plate, Héctor Cavallero, ha dicho en los últimos días que a Díaz "sólo le interesa la plata", mientras que otros dirigentes no dan por cerrado el asunto y esperan una llamada del entrenador. En ese contexto, un equipo desmoralizado tiene como único objetivo sumar puntos en las dos jornadas que quedan del Apertura para dejar de ser colista, mientras que los riverplatenses miran de reojo el otro extremo de la tabla, en el que Boca, su rival histórico, lucha por el título.