Cronica de Tigre y Godoy Cruz (El Duende)

martes, 9 de diciembre de 2008
A la cancha vamo igual...

Sin poder sacarme la tristeza de los últimos tiempos, pero siempre con la ilusión intacta, volví a volar a la cancha de Tigre, para encontrarme con mis amigos de siempre, esos que siempre están, esos que quieren ver ganar a River, esos que aún con la derrota golpeando sobre su corazón, siguen yendo a buscar la alegría, con la esperanza de que esos 11 sin alma se la devuelvan.
Otra vez todo quedó en ilusión ni siquiera con esas inesperadas ganas que pusieron al final del partido, pudieron inquietar al tigre que al final se quedó con una justa victoria.
Pasé una semana metido en un sueño de terror, River va último, y los hinchas parece que no nos damos cuenta.
“La Virgen” esta vez nos mandó a jugar a Liniers, pero el vino,... no fue de los Borrachos, ¡se lo tomaron los mendocinos!
Mientras tanto, nosotros seguimos alentando como si fuéramos primeros, seguimos siendo primeros en recaudaciones, y a veces no sabemos como, pero cada domingo nos volvemos a ver, volvemos a estar allá, donde juega la banda, con la ilusión renovada y con la alegría efímera que nos da el hecho de juntarnos un rato entre nosotros,...porque la alegría deportiva....esa si que no se nos da!
Cada vez la indiferencia invade mas a nuestros jugadores, parece que no se enteran de lo que pasa, a veces pienso que renunciaron al fútbol, a la competencia, y a la inteligencia...no veo un criterio, no veo amor, no veo nada mas, ¡que esperan!, ¡por que no sienten como el hincha!, por que siendo locales no lucharon para darle por lo menos un consuelo a los que verdaderamente sufren por River!...
Ahora, con el último puesto casi asegurado, volveremos de nuevo, esta vez vamos a la plata, a gastar lo que no tenemos, a poner todo lo que podemos poner para que nos devuelvan la alegría deportiva que nos han quitado,... porque la otra alegría, la de ser de River se renueva cada semana cuando nos encontramos en la cancha con todo ese amor incondicional por la banda, y con esa forma casi mágica de reconocernos entre nosotros, de saludarnos, de identificarnos por sintonía de piel, aunque a veces no sabemos ni siquiera nuestros nombres.
Allá estaremos otra vez, un domingo mas de viaje, un domingo más de afecto, y un domingo que nos va a mostrar el fin de una pasadilla semestral que el verdadero hincha de River no se merece.
¡Que no nos “pinchen” la última ilusión!